Hoy os traigo Nightcrawler un reciente thriller estadounidense dirigido por Dan Gilroy y protagonizado por un nunca decepcionante Jake Gyllenhaal.
La película cuenta la historia de un joven que descubre el mundo del periodismo freelance en un ambiente nada seguro para esta profesión: el mundo criminal de la ciudad de Los Ángeles, en California. La vida del joven va a cambiar mucho debido a este descubrimiento, rozando incluso el débil límite existente entre el riesgo y la peligrosidad, entre el morbo y el sensacionalismo.
No solo el montaje o el extraordinario guión de Gilroy permiten convertir esta cinta en un debut redondo sino que ese perverso cazador del morbo, sociópata, inteligente y de un ácido sentido del humor que personifica Jake Gyllenhaal representa a un hombre embrutecido por la sociedad, no por un pasado oscuro.
Esta película es sin duda un ataque contundente y magistral a los sensacionalistas medios de comunicación de nuestro tiempo, al miedo continuo que transmiten y a los profesionales periodísticos que se retroalimentan del morbo, todo ello sin caer en tópicos ni lecciones moralistas.
No son pocos los que se han aventurado a realizar comparaciones entre Nightcrawler y otras películas, ya sea en cuanto a la temática como en cuanto a la forma, y es que es inevitable recordar la demoledora crítica al morbo televisivo de Network o el desequilibrado personaje, obsesionado por la fama y la notoriedad y capaz de hacer cualquier cosa para alcanzarla que interpretaba Robert De Niro en El rey de la comedia, así como las escenas nocturnas de Los Ángeles recuerdan en cierta medida a otra película de Scorsese, Al límite, solo que las sirenas de ambulancia y policía en este caso retumbaban en las calles de Nueva York. En cuanto a la forma podríamos decir que también recuerda mucho a Drive, siendo visualmente atractiva y mostrándonos la noche de Los Ángeles de manera talentosa y cargada de un ritmo vibrante.
No son pocos los que se han aventurado a realizar comparaciones entre Nightcrawler y otras películas, ya sea en cuanto a la temática como en cuanto a la forma, y es que es inevitable recordar la demoledora crítica al morbo televisivo de Network o el desequilibrado personaje, obsesionado por la fama y la notoriedad y capaz de hacer cualquier cosa para alcanzarla que interpretaba Robert De Niro en El rey de la comedia, así como las escenas nocturnas de Los Ángeles recuerdan en cierta medida a otra película de Scorsese, Al límite, solo que las sirenas de ambulancia y policía en este caso retumbaban en las calles de Nueva York. En cuanto a la forma podríamos decir que también recuerda mucho a Drive, siendo visualmente atractiva y mostrándonos la noche de Los Ángeles de manera talentosa y cargada de un ritmo vibrante.
Margot Parra
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